Dos mujeres y una casa. Una nieta y su abuela, escondidas en una casa perdida en el páramo, en un pueblo en el que los vecinos les demuestran su odio a la luz del sol, pero a escondidas les piden ayuda. Y mientras, dentro de esas cuatro paredes que parecen tener vida propia, la abuela conversa día y noche con las sombras que habitan los armarios, cuida de la santa que se aparece en la cocina y alimenta la eternidad de los muertos que han habitado allí. La nieta no. La nieta asume su desgraciado destino, su vida en esa casa, su abuela desquiciante, mientras alimenta su rencor hacia todo y hacia todos y aprende que las sombras de la casa siempre han estado de su lado.