Considerada por el propio autor como un “examen de conciencia” o un retorno sobre sí mismo, la Introducción es a la vez un estudio y una reflexión sobre el oficio de historiador al cual se había consagrado durante cuarenta años. Seguro de su experiencia, aboga por el valor científico de la historia frente a los detractores que le niegan este carácter y, en consecuencia, espera que el tema de su obra anime al lector a algunas reflexiones personales para poner en evidencia el objeto, el método y las posibilidades de, lo que afirma con convicción, la ciencia histórica.