Zanetti «deshilacha la realidad», una realidad que ha sido la suya, para legar su rastro entrañable, familiar, a posibles lectores: los de un futuro tal vez cercano y, sin embargo, vuelto inimaginable por la veloz, súbita mutación de sucesivos presentes. Como el pasado invocado por Hartley en la obertura de The Go Between será también otro país, la gente se comportará distinto y leerán estas páginas íntimas, a menudo confidenciales, como meteoritos de un espacio desconocido. La pandemia podrá ser una historia caduca como la peste de Florencia que engendró el Decamerón, los recuerdos de familia registrados en un betamax ya son inaccesibles, nos queda desear que el éxtasis prolongado, sus imaginaciones en constante sobreimpresión gracias a un cacto generoso. No hay nostalgia ni proustismo en estas páginas. Una aceptación ya no estoica sino feliz, llena de curiosidad por el presente ajeno las hace doblemente queribles.