En el mundo mágico de los mitos, existieron bestias increíbles, poderosas y, sobre todo, terroríficas. Los monstruos que amenazaban las tierras de la antigua Grecia eran capaces de petrificar con la mirada, escupir fuego, envenenar las cosechas con su aliento o incluso hipnotizado con su voz. Pocos mortales se atrevieron a enfrentarse a estas horribles criaturas, y casi todos perdieron la vida en el intento. Tan solo los mejores y más astutos héroes griegos lograron sobrevivir a su encuentro.