El papel ha sido el principal soporte de la escritura a lo largo de la historia, por lo que los materiales y las técnicas para su elaboración se han adaptado a las necesidades, los recursos y el desarrollo cultural de cada época desde su origen, hace más de dos mil años, y durante su evolución, partiendo de China hacia otras regiones de Asia, Europa y el resto del mundo, hasta su industrialización. Los cambios en sus materiales y técnicas de factura han generado una gran diversidad de tipologías y usos, con determinadas características y necesidades para su conservación a largo plazo.