Digamos las cosas por su nombre: a la dictadura no se la derrotó con un lápiz y un papel, ese fue sólo un acto, un nanosegundo en 17 años. Nada hubiese sido posible sin la lucha multidimensional que se llevó a cabo durante casi dos décadas. El discurso de que a la dictadura se la venció en las urnas ha servido para ocultar el hecho de que parte de la clase política negoció con los militares. Esta ha sido una transición pactada, privatizada, constitucionalizada, binominalizada, dictatorializada.