En esta nueva colección de poemas, Marcelo Guajardo pone en escena a un sujeto que oscila entre la contemplación y la furia: se ve a sí mismo «iracundo en la cornisa», antes de volver al «tedio de estar a salvo». Cinco días de caminata está dividido en tres secciones: «Cobija de arena», «Víspera» y «Formas apacibles y continuas». Alacranes, gallos de la pasión, reptiles, aparecen en la experiencia de la placidez y la ferocidad, con palabras que «traen de lo oscuro un fruto rojo y suculento», junto a las imágenes vertiginosas en que se despliega la belleza: «Hemos estado tan conscientes de este deterioro que asoma / para nuestro alivio la posibilidad de un nuevo comienzo».